Tantas veces la necesaria voz de nuestra conciencia, atenta y disciplinada.
Tantas veces el suave consuelo para el paciente al que tenemos que dar terribles noticias.
Tantas veces la mente previsora que puso en mi mano el instrumento adecuado en el momento oportuno.
Tantas veces la imagen de la organización que recibe la frustración y desesperación del paciente.
Compañeros de trabajo inseparables, como las dos ramas de una tijera o una pinza, hombro con hombro, peleando a diario contra el sufrimiento y la enfermedad. Arañando un día mas a la implacable naturaleza. Reduciendo el dolor y la ansiedad. Compartiendo alegrías, dudas, penas, éxitos y fracasos.
Ese primer lavado al nacer, esa friega de alcohol que alivia la espalda cansada de cama. Ese aseo del que ya no puede ni eso, esa cura de herida que solo los más valientes se atreven a mirar. Ese cuidado, ese amor, esa profesionalidad.
Muchas gracias.
Muchas gracias como médico por ser ese hombro en el que apoyo el mío. Por compartir desvelos y anhelos. Por ser esa otra rama de la pinza o la tijera con la que extirpamos el dolor y la enfermedad.
Muchas gracias como paciente por ese cuidado delicado y sacrificado. Por ocuparte de esos gestos que nadie más hace (curar la herida, colocar la sonda o la venoclisis, asearme, …) y que tanto hacen por mi bienestar.
Muchas gracias como individuo de una sociedad por vuestra lucha por la salud de todos. Vuestros consejos, vuestras estadísticas, vuestra meticulosidad, …
Por vuestra entrega, vuestro entusiasmo, vuestro sacrificio, vuestra dedicación. Por vuestra profesionalidad.
Enfermeras, enfermeros, auxiliares, técnicos de laboratorio, de rayos, matronas, matronos, … De hospital o de consulta, de laboratorio, de radiología, de quirófano, de residencia, de gestión, dirección, … De corazón:
Muchas gracias.
¿Le han sido útiles estos consejos?¿Tiene alguna duda o necesita alguna aclaración? Por favor, comente. Además de poderle aclarar las dudas, sus comentarios también serán útiles para otros pacientes. Gracias.